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la historia ilustrada de un pueblo cubano

sábado, 8 de enero de 2011

Circa 1950: Reunión del Sindicato de Barberos de Santiago de las Vegas

Circa 1950: Reunión para la creación del Sindicato de Barberos de Santiago de las Vegas. En la imagen tomada en un lugar no reconocible de nuestro pueblo, podemos distinguir sentados de izquierda a derecha: en primer lugar al viejo barbero y virtuoso del violín, Sr. Juan Tomás Alemán Parra; le sigue el Sr. del Amo (no recordamos su nombre); en cuarto lugar “Matias”, barbero de la calle 6 entre 3 y 5; el siempre querido y bien recordado Mario Temes “Neneíto”; y a su lado, sentado, aunque no memorizamos su nombre, lo recordamos como el dueño de la barbería que existía en la calle 6 entre 11 y 13, casi frente a la estación de la policía. Finalmente ahora de derecha a izquierda, sentado en la segunda silla, creemos reconocer a un muy joven Mario Simón Bernal.

En la fila posterior solo podemos reconocer de pie de izquierda a derecha en cuarto lugar a Joseíto Rey, y finalmente en la oncena posición a Joaquín Salt (Quino), recordado barbero de la calle 2 esquina a 11.

Hacemos una invitación a nuestros lectores para que nos ayuden a reconocer a cualquier otro u otros de los barberos en la fotografía.

Terminando este comentario es justo señalar que dentro del conjunto de personas que conviven y se relacionan en una comunidad, la presencia de aquél que profesionalmente se dedica a cortar el pelo, afeitar o arreglar la barba, etc., es figura muy importante para todos aquéllos que cuidan de su presencia personal y profesional.

Sin lugar a dudas hablamos hoy del barbero o peluquero que en la mayoría de los casos en cualquier sociedad llegan a ser parte muy importante de nuestras relaciones humanas, donde aparte de tenerlos como uno de nuestros mejores amigos, con el tiempo se convierten también en nuestro mejores “confidentes”, a quien sin lugar a dudas muchos llegamos a confiarles nuestros mas íntimos secretos, pidiéndoles la opinión de sus siempre “sabios consejos”.

Todo eso sin contar que eran siempre nuestras barberías centros tradicionales de amplia discusión donde se comentaba a diario todo cuanto pasara o dejara de pasar en todos los deportes, principalmente los juegos de béisbol profesional o amateur donde muchos “resuélvelo-todo”, sabios y “sabiotes” solucionaban todo lo que podía haber pasado y no pasó. Finalmente, ¿qué podemos decir de los tiempos de la política donde se discutían, a más no poder, las campañas de todos aquellos “providenciales” que prometían resolver “todos los problemas de la vida” local o nacional... y por último, ¿porqué no decirlo?... los comentarios que provocaban algún que otro “chisme” pueblerino. ¿No es así?


Imagen de la colección de Rita y Yanelis Salt.

4 comentarios :

  1. Con cuánto cariño recuerdo a Quino, el barbero que tenía su negocio puerta con puerta con mi casa en la calle 2. Siempre amable, sonriente, cariñoso, me dejó recuerdos muy gratos de mi niñez. Recuerdan a Gerónimo, el limpiabotas que tenía su silla en el portal, entre la bodega de Emilio el Chino y la barbería? Otro recuerdo muy querido...
    Giselle

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  2. No sabia que habia tantos barberos. Yo solamente conocia mi barbero Isidro y a Neneito.
    Atentamente,
    Roberto Diaz Jr.

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  3. En 1950 yo era muy pequeña, pero recuerdo con mucho cariño a Matias que casi se convierte en mi tio politico, ya que él y mi querida e inolvidable tia Juanita estuvieron comprometidos.

    Por esas cosas del destino la boda no se realizó, pero mi tia sentia un gran cariño por la sra. madre de Matias a la que nunca dejó de visitar.

    Miriam

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  4. Roger Balbi Barceló13 de febrero de 2011, 16:54

    Muy interesante esta foto así como lo escrito por las santiagueras Sras. Rita y Yanelis Salt, el que hace que nos venga de nuevo a la mente, el pasado que tenemos guardado.

    De joven, tuve el agrado de ser atendido por Mario Simón, cuyo establecimiento se encontraba en la calle 11, entre 2 y 4 calles, su compañero de labores lo era Belarmino Valiente, padre de nuestro estimado amigo Carlos.

    A mis recuerdos se agrega una cita de tiempos más pasados. A final de los años de 1930,
    1937-1940, siendo apenas un niño de unos siete años, existía en la calle 4, entre 11 y 13 calles, la “Barbería de Nicolás Borrego”, por encontrarse en la misma cuadra y acera donde estaba la imprenta de mi padre, era el lugar indicado para que él me dejara ir caminando hacia dicho lugar, este local, para ser más preciso, así como la vivienda de la familia Fernández (recuerdo a Rutilio empleado del Ayuntamiento y a su hermano Ovidio repartidor de los programas del Cine Popular) fueran demolidos para dar paso a la construcción del edificio que albergaría al Colegio de las Monjas.

    La costumbre de los barberos, para pelar a los niños, era poner una tabla encima de los
    dos brazos del sillón, pues de esta manera el niño quedaba a la altura apropiada para poder realizarse los cortes del cabello. El señor Nicolás era una persona muy sencilla y
    agradable, a mi me gustaba sentarme en su sillón. Recuerdo a su hijo, ya hombre, llamado Enérico, el que ejercía la profesión de maestro de enseñanza. Nicolás tenía por hermano, creo lo era, a Pedro Borrego, quien junto al señor Arencibia eran los sepultureros del pueblo.

    Pasando, para finalizar, a la foto publicada, es de lamentar que este muy clara, pues aunque hay caras conocidas, como son las mencionadas, quizás hubiera sido posible el reconocer otras. Tal vez, el Sr. Nicolás Borrego esté en ella.

    Hay que agradecer a todos los que contribuyen, con sus escritos y sus fotos, a mantener este “Bello Sitio”.

    Escribió: A. Roger Balbi Barceló – Mi correo: adolfobalbi@yahoo.com ¡Felicidades!

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