La Casa Grande circa 1958. |
Su propietario en esa ya lejana época de nuestra historia lo era el Sr. Manuel Tuset, prestigioso comerciante que junto con su respetable familia residió por muchos años en la calle 2 casi esquina a 15, frente al Parque Juan Delgado.
En ésa, por mucho tiempo su residencia, lo recordamos junto a su esposa e hijas que como devoto grupo familiar fueron muy activos miembros de nuestra iglesia parroquial donde una de sus hijas, años después, se unió en matrimonio con el Sr. Fermín Palazuelos, distinguido caballero de grata recordación.
La “Tienda de Tuset”, como popularmente también era conocida, fue comprada al final de la década de los 1930 por José Rosenbaum, cabeza de una familia judía emigrante de la persecución antisemita de la Europa Nazi. De esa familia recordamos a sus hijos Moisés y Aarón, que fueron destacados alumnos de la prestigiosa Academia Gacio entonces domiciliada en la calle 15 entre 6 y 8.
Finalmente, “La Casa Grande” fue adquirida a finales de los 1940 por otra familia hebrea encabezada por el Sr. Medardo Tuchman y su esposa Esther, quienes despues de modernizar el viejo local de la tienda de las calles 13 y 6, años más tarde abrieron al cruzar de la calle la bella peletería "Ritmo”, comercio que ocupó el local que dejaba la popular tienda "El Telar”, propiedad del comerciante santiaguero Sr. Rolando Encinosa, quien mudaba entonces su establecimiento a su nuevo y moderno local en la calle 11 entre 6 y 8 frente al recordado restaurant y cafetería “La Dominica”, popular en toda Cuba por su famosa croqueta.
Primera imagen de la colección del Dr. Alfredo Escarano; segunda imagen de la colección de Marcos Ruiz Rubio.
Mi abuelo Pedro Castillo, nos contaba que cuando llegó a Santiago de las V. procedente de La Habana, comenzó a trabajar en "La casa grande", creo recordar que trabajaba como dependiente y atendía sobre todo a público femenino. El era rubio, ojos azules, y muy guapo por lo que debía de tener bastante éxito entre las jovencitas despalilladoras que entonces acudían el día de cobro de jornal,
ResponderEliminara comprar en aquel almacén.
Ha sido un placer poder verla aquí, hoy en este blog.
Un saludo a todos,
ana castillo